dissabte, 2 d’abril del 2011

El DF guey!

No puedo empezar mi relato sobre México de otra manera: Gracias Diego! Gracias a ti y a los tuyos por hacerme sentir como en casa tan lejos de ella. Espero poder tratarte igual de bien cuando vengas a visitarme.

La verdad es que el viaje a México surgió de manera poco organizada, tanto es así que compré el billete justo un día antes, y gracias a la competencia de las aerolíneas americanas no me costó un ojo de la cara. Cuando les expliqué a mi “advisors” que quería ir a México recibí varias recomendaciones y emails de la universidad recomendándome que no fuese a México. Creo que no entendían cómo alguien prefería visitar un país que según ellos está en guerra ,en vez de irse una semana a la playa a emborracharse y jugar a voley playa con tías en bikini. He de reconocer que yo también me lo pregunté bastantes veces. Pero la verdad es que ir a México era una oportunidad única y que no podía dejar pasar, sería la primera vez que visitaría un país de los considerados “no occidentales” y sería la primera ocasión que siendo un extranjero no tendría ningún problema con la lengua.


Así que, después de sólo dos horas de vuelo me encontraba en el aeropuerto del DF. Mi primera sensación fue la de ser una estrella de los Houston Rockets, porque al abrirse la puerta del aeropuerto de las aproximadamente 100 personas que había allí, la más alta me llegaba al pecho. Cuando íbamos en coche del aeropuerto a casa de unos amigos de Diego, me vino a la cabeza una de las frases que más me han repetido los norteamericanos durante estos meses. “ En Europa lo tenéis mucho mas fácil para viajar. Todo está mas cerca”. Pensé en lo diferente que era todo aquello, y que sólo estaba a dos horas en avión desde Houston!

Después de conocer a los primeros amigos de Diego, fuimos a comer unos tacos en la calle, el alimento preferido de los mexicanos. He de decir que los americanos viven completamente engañados sobre los tacos y lo que ellos consideran comida mexicana en general, ya que lo que comen en una y otra parte de la frontera sólo tiene una cosa en común, el nombre. Y en México los tacos se comen a todas horas y en cualquier lugar. No sé quien es mas desafortunado en su tierra, el italiano al que no le gusta la pasta o el mexicano al que no le gustan los tacos.

Los dos primeros días tuve la oportunidad de conocer un poco más el DF. Todo un monstruo de ciudad. Un monstruo como en los que salen en los cuentos para niños, y que ya sea por su tamaño o por su reputación es temido por algunos. Pero como pasa en las historias infantiles, muchos monstruos no san tal malos como dicen. Y cuando los conoces un poquito mejor, lo que te encuentras es una realidad completamente diferente. Una realidad que no tienen nada que ver con lo que se dice de ellos. Así es el DF, una ciudad enorme llena de muy buena gente.


Al mismo tiempo México es un país de contrastes. El hombre más rico del mundo nació en el DF, pero en todo el mundo hay más mexicanos pobres que ciudadanos españoles. Para que os hagáis una idea, una día cruzando un puente en coche, a un lado del puente había un campo de golf y en el otro una montaña llena de chabolas. Los mexicanos conviven con estos contrastes, es lo que han vivido desde siempre, una cosa que siempre ha estado allí. Y que la mayoría les gustaría mejorar, aunque sinceramente no sé como.

Durante el viaje, pude conocer el DF de día y el de noche (aunque me quedaron algunos sitios turísicos para visitar), fuí a una comida familiar, comprobé como Mr Slim lo tiene todo bien controlado, visité las pirámides, comprobé los atascos de una de las ciudades más grandes del mundo...

Mi experiencia personal es totalmente positiva. Y después de mi viaje os puedo decir dos cosas sobre México: que es un lugar que vale mucho la pena visitar y que aun les falta mucho para ganar un mundial de baloncesto.


PD: Tengo que decir que durante los días en México en ningún momento me sentí inseguro. Agarré el metro y el autobús sólo sin ningún tipo de problema. Solo una pequeña recomendación si nunca visitáis el país. Intentar no tener de compañero de viaje al Sr Montezuma. Para daros una pista, sólo deciros que a partir del cuarto día mi dieta se redujo a arroz blanco y tostadas con aceite y sal.

Diego y sus cuates


Piràmides de Teotihuacan



Una mena d'especacle al carrer. Seguint la meva línia no vaig fer moltes fotos...